Aquella noche de
martes
Decidí cumplir un
deseo
Viviendo una noche
entrañable
Que siempre guardará
el recuerdo.
Aquella noche de
martes
Decidí ver aquel
concierto
Y para no ser un
corazón cofrade
No sabría decir, lo
que sentí al verlo.
Disfruté de un
instante bello
Sintiendo la misma
sensación
Un suspiro se escapó
sin quererlo
Porque así, lo quiso
el corazón.
Porque así, lo quiso
el corazón.
Al ver a mi guapa
virgen Marinera
Y escuchando a esa
gran voz
Que canta como nadie
“la Saeta”.
Aquel bello concierto
dejó
Un breve pellizco en
el alma
Sintiendo que no fue
equivocación
Cuando la ocasión me
brindaba.
La bella oportunidad
de sentir
A la que es mi tierra
adoptiva
Da igual sea en marzo
o abril
Porque sé que, “te
quiero Sevilla”.
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