Me
despedí de Ella
Sin
apenas decir nada
Sin
poder contemplar de cerca
Tras
la reja esa bella mirada.
El
corazón en silencio suspiraba
Diciendo
“no quiero marcharme aún”
Y
dejando atrás tu bella ermita blanca
Me
senté a contemplar el cielo azul.
A
mi espalda la Marisma
Reluciente
espera silenciosa
Que
las campanas de la Rocina
Alegres
vuelvan a anunciar la hora.
Para
que entre en la mañana
La
última hermandad del día
Mientras
mi corazón suspiraba
Pensando
¡cómo será eso en romería!
Imaginaba
ese bello y largo día
Con
tanto bullicio en la Aldea
Mucho
cansancio pero gran alegría
Por
ese momento que aún no llega.
Por
ese momento que aún no llega
Habrá
que esperar que llegue mayo
Cuando
en una mañana radiante y serena
Una
tras otra su oración, le irán dejando.
Por
ese momento que aún no llega
Habrá
que esperar que llegue mayo
Mientras
tanto se hará larga la espera
Pero
esas campanas seguirán repicando.