Sábado 21 de
Septiembre
Amaneció una mañana
soleada
Y sin perder la
costumbre de siempre
Decido dar un paseo
por Triana.
Mis pasos me llevan a
tu puerta
Había dejado pasar mucho
el tiempo
Vi un gran bullicio
tras mi espera
Pero el corazón
aguardaba en silencio.
Quisiste hacerme un
gran regalo
Tan bello como nunca
imaginé
Por haber tenido que
esperar tanto
A solas y en silencio
te recé.
Pude acercarme a tu
altar
Como pocas veces
suele ocurrir
Dándome nuevamente
esa Paz
Como sucede, cuando
estoy delante de ti.
Volví a pedirte
siempre lo mismo
Tras un breve Padre
nuestro
Porque es poco lo que
necesito
Y al despedirme una
promesa te dejo.
Un regalo que nunca
olvidaré
Porque presente
siempre te tengo
Mi promesa siempre será
volver
Padre y Señor de los
Trianeros. Sevilla, 21/9/19
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