En una mañana soleada de invierno
Con su hermandad regresa a la aldea
Impaciente otra vez espera el momento
Porque su corazón sueña con verla.
Ha entrado en la ermita
Despacio se acerca a la reja
Siente que hoy, no tiene prisa
Una sencilla oración solo le deja.
Se arrodilla ante la reja
Mirando sus ojos serenos
No encuentra ninguna queja
Porque se siente muy rociero.
A su vera, le sobra todo
Mientras pueda ser peregrino
Porque el alma se llena de gozo
Pronunciando su nombre, Rocío.
Una promesa en su despedida
Volveré en mayo, será primavera
Mientras tanto sueño con ese día
Anhelando sea más corta la espera.
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