Todo comenzó sin querer
Una hermosa madrugada
Cuando paseando por la playa
Encontró de pronto su mirada.
Al mirar sus ojos verdes
Por un momento contempló
Que pedían con dulzura
Tan solo un poco de amor.
Por un breve instante
En silencio sus manos tomó
Y sonriendo muy despacio
Su largo pelo acarició.
Entre besos y caricias
Un suspiro se le escapó
Tras decirle cuando amanecía
¡Lo siento!, mi tiempo terminó.
Su corazón se entristeció
Al escuchar sus palabras
Pero...poco a poco se alejó
Y ella, no pudo hacer nada.
Sola y quieta en la arena
Una y otra vez se preguntaba
¿Por qué le dejaría marchar?
Si estar junto a él, necesitaba.
Mirando fijamente al mar
Una y otra vez se decía
¿Por qué le dejaría marchar?
Si es la ilusión de mi vida.
En la noche clara y serena
La luna en el cielo brillaba
Y su corazón olvidó la tristeza
Al verle de nuevo en la playa.
¿Qué haces aquí?
Ella, despacio preguntó
Y él, sin mediar palabra
Con un beso le respondió.
Perdóname, via mía
Le dijo casi en silencio
Mientras una lágrima caía
De sus bonitos ojos negros.
¡Qué no quisiera
estar solo!
Tras marcharme comprendí
Por eso, hoy vengo a pedirte
Que vivas siempre junto a mí.
Mirándole fijamente
Ella, sonriendo murmuró
Quisiera aceptar, sencillamente
Entregándote cada día todo mi amor.
Aquella noche cumplió su ilusión
Mientras el viento y la brisa
Con sus nombres, dibujaron un corazón.
Que estarían justos para siempre
Aquella madrugada prometieron
Cuando las olas, sencillamente
De espuma, escribieron un te quiero.
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